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¡Ningún Ser Humano Es Ilegal! Resistiendo los Ataques Contra los Migrantes de Trump

Interview With Enrique Balcázar, organizador de Justicia Migrante

July 11, 2025

Traducción por Rachel Elliott de Justicia Migrante y Maga Miranda de Spectre

La nueva administración de Trump llegó al poder prometiendo atacar a los inmigrantes y refugiados, amenazando la deportación de hasta 12 millones de personas. Mientras su retórica ha sido extrema, su práctica ha sido una continuidad con previas administraciones del Partido Demócrata. Al momento de la publicación de esta edición de Spectre, Trump estaba en camino de deportar a menos personas que la administración anterior de Biden.

Sin embargo, la retórica de Trump y sus amenazas han sembrado miedo en las comunidades migrantes. Al mismo tiempo, ha impulsado más organización y resistencia, desde capacitaciones y talleres de “Conoce tus Derechos” hasta la formación de redes de respuesta rápida, marchas multitudinarias como la de Los Ángeles donde se tomaron autopistas y El Día Sin Inmigrantes en Chicago.

Ashley Smith, de Spectre, se sentó para esta entrevista con Enrique Balcázar, un organizador de Justicia Migrante en Vermont. Enrique es veterano de la resistencia a la administración de Trump. Durante el primer mandato, Enrique, junto con Zully Palacios, Víctor Díaz y muchos más fueron arrestados y detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y amenazados con deportación tras su activismo en defensa de los inmigrantes en el estado. Pero Justicia Migrante resistió y logró llegar a un acuerdo legal con ICE, ganando su libertad y el derecho de permanecer en Vermont, de expresión, reunión y protesta.

Ahora, ante un segundo gobierno de Trump, Justicia Migrante ha intensificado su organización. Se están preparando no solo para que la comunidad inmigrante de Vermont resista las amenazas de Trump sino también para defender la política de Policía Justa e Imparcial (Fair and Impartial Policing Policy, en inglés) del estado, que prohíbe la colaboración entre la policía y las autoridades migratorias, garantiza el derecho de los inmigrantes a alquilar mediante un nuevo proyecto de ley de vivienda justa que presentaron ante la legislatura estatal y mejora las condiciones de los trabajadores migrantes en las granjas con su programa Leche con Dignidad. No es exageración decir que Justicia Migrante es la fuerza principal construyendo la solidaridad contra el régimen de Trump en Vermont.

Nos encontramos en medio de la escalada de ataques de Trump contra los migrantes. Pero este ha sido un proyecto apoyado por ambos partidos y llevado a cabo por las últimas administraciones. Biden deportó a más personas que Trump en su primer mandato. Y Obama aún mantiene el récord de deportaciones en la historia. ¿Qué hay detrás de este ataque bipartidista contra los migrantes? ¿Por qué lo hacen los políticos? ¿Por qué lo apoyan las grandes corporaciones?

Cualquier respuesta a esta pregunta debe empezar desde la realidad que los Estados Unidos se formó sobre la base de la esclavitud. Mediante la esclavitud, logró construir un enorme imperio, apoderándose de tierras del oeste y el suroeste, conquistando gran parte de México. El sistema agrícola que construyó siempre se ha basado en la explotación de una clase trabajadora marginalizada, primero de esclavos africanos y, tras la abolición de la esclavitud, de inmigrantes principalmente latinoamericanos.

Las corporaciones agrícolas grandes han explotado la mano de obra migrante, considerándola una fuerza laboral barata y racializada, a la que se le niegan derechos humanos básicos. Debido a esta discriminación, nos vemos obligados a permanecer en la sombra y a aceptar abusos en el lugar de trabajo que normalmente denunciaríamos, por miedo a la deportación. Así pues, si no nos organizamos y nos defendemos, permanecemos en silencio y somos explotados.

Ambos partidos de este país, los Demócratas y los Republicanos, han impuesto este sistema. Recordemos que Obama aún lleva el récord de deportaciones. Y el gobierno de Biden deportó a más personas que el primer gobierno de Trump. Ambos partidos nos niegan derechos básicos, separan a nuestras familias y supervisan deportaciones en masa.

Así que no importa quién esté en el poder. Lo único que Trump hace diferente es convertir todo esto en un espectáculo público, publicitando redadas, grabando a agentes del ICE visitando casas particulares y compartiéndolo con los grandes medios de comunicación. Quiere mostrar a sus seguidores que está cumpliendo sus promesas de aterrorizar a nuestra comunidad. Claro, eso hace la situación mucho más amenazante. Con Biden teníamos una falsa sensación de seguridad. Pero durante toda su presidencia, mucha gente fue deportada.

Trump amenaza ahora con llevar a cabo el mayor ataque hasta la fecha contra los migrantes, llegando incluso a prometer la deportación de todos los trabajadores indocumentados. ¿Cuáles son los ataques que ha lanzado?

Bueno, él amenaza con intensificar los ataques constantes contra los inmigrantes y revertir muchas de las victorias que hemos logrado aquí en Vermont y en todo el país. Sus amenazas de deportar a todos hacen que la gente sea devuelta a la sombra, como cuando llegué a este país hace diez años.

Aquí en Vermont, la gente ha dejado de vivir su vida normal por miedo al ICE y a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés). No están ejerciendo los derechos que tanto hemos luchado por conseguir. Por ejemplo, tenemos el derecho a licencias de conducir para poder ir al supermercado, visitar a familiares y amigos o jugar al fútbol. Ahora la gente tiene miedo de manejar.

Así que los ataques públicos de Trump hacia esta comunidad están teniendo un gran impacto. Pero siempre hemos vivido bajo estas amenazas. Lo que más me preocupa es que su espectáculo está sembrando miedo. La gente escucha rumores, a menudo falsos, los difunde y crea un clima de pánico. Estamos haciendo todo lo posible para determinar qué es cierto y qué no, proporcionar la información correcta a la comunidad, disuadir a la gente de difundir información no verificada y capacitar a la gente sobre cómo responder ante ataques reales.

El reciente asesinato de un agente de la Patrulla Fronteriza, una verdadera tragedia que no tuvo nada que ver con los trabajadores migrantes de Vermont, desató los rumores. En respuesta, se produjo una gran movilización de la CBP y el ICE. De repente, la gente comenzó a ver más su presencia. Sin embargo, esto no es nuevo; es una de las consecuencias de que la ciudad se encuentra a solo 90 millas de la frontera sumamente militarizada de los Estados Unidos y Canadá.

Pero el miedo se apoderó y la gente empezó a compartir rumores sin base en la realidad sobre las redadas y retenes. Intentamos disiparlos. Hasta el momento, en Vermont, no han habido redadas en lugares de trabajo. Ha habido un par de arrestos, pero estos representan el acoso habitual que vivimos, nada nuevo ni especial. Pero el miedo se está generalizando. Me rompe el corazón ver a mi comunidad volver a la sombra y esconderse.

Trump recientemente amenazó a Canadá y México con aranceles para obligarlos a militarizar la frontera y detener el contrabando de fentanilo. ¿Se ha hablado del impacto del cierre de la frontera sur para migrantes y refugiados y de la militarización de ambas fronteras?

El impacto ha sido terrible tanto en la frontera sur como en la del norte. La orden de Trump que busca impedir que los migrantes soliciten asilo y otros estatus migratorios ha dejado a un número incalculable de personas varadas en México sin un lugar dónde ir. El impacto en la frontera norte ha sido menos extremo porque muchos menos migrantes la cruzan.

Trump utilizó la amenaza de aranceles contra Canadá y México como un instrumento en su estrategia anti-migrante. Canadá y México pusieron cierta resistencia, pero luego ambos llegaron a un acuerdo con él sobre la militarización de la frontera para posponer los aranceles. México acordó desplegar 10,000 soldados de la Guardia Nacional en su frontera con los Estados Unidos. Canadá acordó desplegar un número parecido en su frontera y vigilarla con drones, helicópteros y torres de vigilancia.

Pero, en realidad, ambos eran acuerdos preexistentes para la militarización de la frontera. Por lo tanto, gran parte de esto es una estrategia de Trump para captar titulares en el periodico. Mi comunidad lleva mucho tiempo viviendo bajo la militarización en la frontera y dentro del país. Tenemos experiencia lidiando con esto y nos organizaremos y resistiremos.

Pasemos a esa resistencia, que parece haber comenzado. Migrantes tomaron la autopista en Los Ángeles, La Raza Unida organizó protestas en el suroeste y la comunidad organizó un Día sin Inmigrantes en Chicago y otros lugares. ¿Estas acciones han inspirado a la gente de aquí? ¿Les han dado más confianza para resistir?

Cada vez que nuestra comunidad es atacada, resistimos. Y, a menudo, no lo inicia una sola organización, sino miembros de la comunidad que deciden defender sus derechos. Por ejemplo, el Día Sin Inmigrantes fue espontáneo en muchas ciudades y lugares de trabajo. No hubo ninguna gran organización detrás de ella. La resistencia surge de forma orgánica. La gente se decide, los miembros de la comunidad comparten la información por las redes sociales y luego se unen más participantes. Hemos visto una resistencia natural en todo el país además de aquí en Vermont.

Personalmente, a mi me inspira ver cómo mi comunidad toma las calles, se alza en resistencia y dice: “Estamos aquí, somos parte de esta comunidad, somos parte de este país.” Y nuestra resistencia impacta a los políticos y legisladores. Por ejemplo, bajo presión, el alcalde de Chicago ha tomado medidas para defender a la comunidad y se ha comprometido a prohibir que la policía colabore con ICE y CBP.

Aquí en Vermont, hemos logrado victorias similares en los últimos años. Como precedente para el resto del país, hace diez años aprobamos la política de la Policia Justicia e Imparcial, a la que llamamos No Más Polimigra, que restringe la colaboración entre las autoridades migratorias y la policía. Esta política le había brindado protección a la comunidad, pero se debilitó durante la primera administración de Trump.

Gracias a la organización y solidaridad, logramos que esta política se reforzará el año pasado. Ese es el tipo de solidaridad que conecta a las diferentes comunidades que viven aquí y nos mantiene a todos seguros.

Háblenos un poco más sobre las iniciativas claves, como la red de respuesta a emergencias, la defensa de la política Policial Justa e Imparcial y el programa Leche con Dignidad (Milk with Dignity). ¿Qué están haciendo para avanzar estos proyectos bajo Trump?

En Vermont, hemos transformado a nuestra comunidad, de ser invisible hace quince años a una comunidad próspera y segura hoy en día. Hemos recorrido un hermoso camino para integrarnos mejor a la vida cotidiana y sentirnos seguros. Hemos ganado derechos básicos como el derecho a obtener una licencia de conducir y protecciónes contra la colaboración entre la policía y la inmigración a través de No Más Polimigra. Estos derechos nos han dado libertad de movimiento en el estado sin temor.

Victorias como estas, y la lucha por los derechos humanos de los últimos 15 años, han tenido un gran impacto en la vida cotidiana de los inmigrantes en este estado. El programa Leche con Dignidad (Milk with Dignity) es otro ejemplo de una victoria que hemos logrado en Vermont. Bajo este programa, grandes corporaciones como Ben & Jerry’s, que se unió en 2017, se han puesto de acuerdo para pagar a los ganaderos más por su leche y los ganaderos para garantizar mejores salarios, beneficios y condiciones de vida en las granjas para los trabajadores.

Una vez acordado, este convenio es legalmente vinculante. Las grandes corporaciones asumen la responsabilidad del estado de su cadena de suministro. Los trabajadores se empoderan con una voz aún más fuerte en sus lugares de trabajo y se convierten en los primeros defensores de sus propios derechos. Esa ha sido una gran victoria para los derechos humanos en el estado.

Ahora estamos enfocados en hacer todo lo posible para proteger estas victorias de la administración Trump mientras continuamos nuestra labor organizativa. Nos negamos a volver a la sombra. Por eso, ante el aumento de las amenazas de ICE y CBP, hemos establecido una red de respuesta rápida a sus actividades. Estamos organizando talleres en todo el estado para capacitar a nuestros aliados en este proceso.

Educamos a la comunidad y nuestros aliados sobre cómo investigar amenazas, obtener información precisa y verificable, y compartirla con Justicia Migrante para que podamos disipar rumores y evitar que el miedo invada nuestra comunidad o para advertir a la gente en caso de que hayan amenazas reales. Esta red de solidaridad y apoyo será vital en los próximos meses y años.

Al mismo tiempo, debemos continuar nuestros esfuerzos organizativos en nuestros lugares de trabajo y en la sociedad para ampliar aún más nuestros derechos. Estos serán más importantes ahora para defender a nuestra comunidad y evitar que se vuelva más vulnerable y fácil de explotar. Estamos trabajando para impulsar un proyecto de ley de vivienda justa en el gobierno estatal y en la legislatura estatal.

Este proyecto de ley tiene dos objetivos. El primero es incluir el estatus migratorio, ya sea real o percibido, como una clase protegida bajo las leyes vigentes de vivienda justa de Vermont. Esto significaría que un propietario no podrá negar vivienda a un posible inquilino debido a su estatus migratorio. La segunda parte de este proyecto de ley impediría que los propietarios soliciten el número de seguro social en las solicitudes de vivienda, lo cual es una práctica habitual actualmente.

Existen muchas otras maneras en que los propietarios pueden verificar la identidad y realizar una verificación de crédito que no requieren un número de seguro social. Pueden solicitar otros tipos de identificación gubernamental, como la licencia de conducir. El objetivo de este proyecto de ley es eliminar una barrera administrativa que mantiene a mi comunidad fuera del mercado de alquiler y por lo tanto atrapada en viviendas precarias proporcionadas por su empleador.

También estamos haciendo campaña para expandir Leche con Dignidad a nuevas cadenas de suministro. Actualmente, nos centramos en Hannaford Supermarkets, el supermercado principal en muchas partes de Nueva Inglaterra y el norte del estado de Nueva York. Una gran parte de su leche viene de las granjas de Vermont. Por lo tanto, si logramos presionarlos para que se unan, aumentaremos drásticamente el número de granjas que garantizan salarios justos, buenas condiciones laborales y viviendas seguras para los trabajadores migrantes.

Nos negamos a ser intimidados y a volver a vivir en las sombras. Seguiremos organizándonos y protestando a pesar de los ataques de Trump contra nosotros y nuestros derechos. Ahora más que nunca, lucharemos por nuestros derechos humanos y laborales. E incluso bajo Trump, creemos que podemos ganar. ¡Sí se puede!

Se acaba de lograr una victoria importante para los trabajadores migrantes de la construcción. Explicanos el nuevo acuerdo que firmó Vermont Construction Company con el Consejo de Normas de Dignidad y Respeto en la Construcción. ¿Qué importancia tiene este acuerdo para ampliar la lucha por los derechos de los migrantes en la construcción?

Este es un verdadero triunfo en estos tiempos difíciles. Es magnífico y una gran fuente de inspiración que demuestra que podemos lograr victorias hoy. Apenas empezamos a organizar a los trabajadores migrantes en la industria de la construcción. Así que, para nosotros, esto es algo totalmente nuevo. Vermont Construction Company nos contactó para implementar el modelo de responsabilidad social impulsado por los trabajadores entre sus subcontratistas, implementando un programa parecido a Leche con Dignidad/Milk with Dignity.

Los conectamos con el Centro de Trabajadores Unidos en la Lucha (CTUL), una organización de trabajadores migrantes en las Ciudades Gemelas de Minnesota. Vermont Construction accedió entonces a firmar un contrato con el Consejo de Normas de Construcción de Dignidad y Respeto. Al igual que Leche con Dignidad/Milk with Dignity, es un acuerdo legalmente vinculante que los trabajadores pueden utilizar para proteger sus derechos, garantizar salarios justos y condiciones laborales seguras. Esto crea un precedente para que presionemos a otras empresas para que se unan y amplíen los derechos de los trabajadores migrantes en la industria de la construcción del estado.

Hace poco estuve en su retiro estratégico, donde los organizadores y miembros de Justicia Migrante hablaron sobre cómo responder a los ataques de Trump. Mientras coordinan con abogados para ayudar con la defensa legal, lo que me llamó especialmente la atención fue su énfasis en la organización colectiva y la resistencia. Esto es diferente a las organizaciones sin fines de lucros, que suelen ser proveedoras de servicios y no grupos que organizan el poder de los trabajadores. ¿Podrías hablarnos un poco sobre su estrategia como activistas de justicia migratoria?

Por supuesto, contamos con abogados y abogamos en la Cámara de Representantes. Sería una tontería no utilizar estas vías para lograr un cambio. Por ejemplo, colaboramos con el Proyecto de Asistencia para el Asilo de Vermont. Son un grupo de abogados que apoyan a aquellas personas que solicitan asilo con su presentación de solicitudes de asilo sin cobrarles. Por promedio, estos casos duran cuatro años y suelen costar alrededor de $12.000.

Esto es esencial para la autodefensa comunitaria. Están apoyando a cientos de miembros de la comunidad en este momento y necesitan apoyo financiero y voluntarios para traducir. Por lo tanto, animamos a nuestros aliados a que nos ayuden con este importante componente de la lucha. Y no tenemos más remedio que trabajar para que se aprueben los proyectos de ley en la legislatura y así garantizar nuestros derechos a cosas como licencias de conducir y vivienda.

Pero nuestra estrategia es empoderar a nuestra comunidad. Nuestro poder organizado es lo que nos permite lograr victorias legales y aprobar proyectos de ley en la Cámara de Representantes. Lo que distingue a Justicia Migrante es que empoderamos a nuestra comunidad. Sabemos que las comunidades que están siendo afectadas directamente son las más capacitadas para identificar los problemas, proponer soluciones colectivas y generar la energía necesaria para impulsar las campañas. La comunidad sabe lo que necesita y lo que desea: dignidad y respeto.

Justicia Migrante siempre se ha basado en la organización comunitaria, la determinación de sus objetivos y la decisión democrática de sus estrategias y tácticas. Nuestro rol como personal es implementar los planes de la comunidad. Los objetivos, la estrategia y los programas siempre surgen de la comunidad.

Sabemos que el empoderamiento comunitario es clave. Las personas que dependen de los proveedores de servicios no pueden protegerse a sí mismas. Están a la merced de otros. Buscamos una comunidad que pueda defenderse a sí misma. Una comunidad organizada no será deportada.

Recientemente, los maestros de Winooski iniciaron una campaña para hacer de su sistema escolar un santuario para inmigrantes, comprometiéndose a no cooperar con el ICE en el arresto de estudiantes y sus padres. ¿Cómo están trabajando con esta y otras iniciativas parecidas? ¿Qué otros proyectos solidarios proponen que se adopten para resistir a Trump?

La clave para nosotros es generar más solidaridad entre grupos. En este momento, estamos siendo atacados, no solo los latinos o los inmigrantes, sino también los palestinos, las personas LGBTQ, las personas negras, las mujeres y los trabajadores en general. Ante este ataque, debemos fortalecer los lazos de solidaridad entre todos.

Esa es la manera de impedir que Trump avance con su agenda. Tenemos un enorme poder colectivo si nos unimos sobre la base de la solidaridad, del apoyo mutuo. No quiero que la gente vea a mi comunidad ni a otras comunidades en primera línea con lástima. Quiero que la gente se solidarice y actúe. Así es como podemos construir respeto mutuo y mantenernos a todos a salvo.

Ya hay bastante gente solidarizada. Como dijiste, los maestros de Winooski exigen que sus escuelas se conviertan en escuelas santuario que no cooperen con ICE. Hemos estado en conversaciones con el Centro Médico de Vermont, el hospital más grande del estado, sobre sus políticas para mantener la seguridad de sus pacientes. Y personas a través de todo el estado se están uniendo a nuestra red de respuesta rápida.

Hemos visto muestras increíbles y a veces abrumadoras de solidaridad y un enorme deseo de actuar. Así la gente escucha lo que decimos y toma iniciativa autónoma como la de Winooski.

La gente también se está organizando para responder a nuestro llamado a la solidaridad, creando sus propias redes de respuesta rápida con sus amigos, compañeros de estudios y de trabajo. Todo esto empodera no solo a los migrantes y a nuestra lucha por defender nuestros derechos, sino también a todas las personas que se autoorganizan. Así es como pueden ayudarnos y también defenderse, porque aunque seamos los primeros en la fila, todos los demás son los siguientes.

¿Qué tipo de solidaridad han recibido de parte de otros movimientos sociales y sindicatos? ¿Qué se debe hacer para fomentarla en oposición al ataque de Trump y al consenso bipartidista antiinmigrante más amplio? ¿Para qué deben luchar el movimiento migrante y el movimiento laboral?

Estamos trabajando con grupos religiosos, iglesias, sindicatos, organizaciones como el Centro Pride (Pride Center) y grupos como la Coalición de Vermont para la Liberación de Palestina (Vermont Coalition for Palestinian Liberation). Ha habido un gran aumento de apoyo organizado. Mucha gente lleva mucho tiempo luchando por los derechos humanos y mientras continúan con su increíble labor se unen para apoyarnos y fomentar la solidaridad.

Siento que estamos empezando a construir un nuevo movimiento en oposición a Trump. No tenemos más remedio que hacerlo. Nadie vendrá a salvarnos. Tenemos que organizarnos, resistir y luchar por nuestras demandas.

A la comunidad inmigrante, le diría que debemos recordar que estos ataques no son nuevos; han ocurrido bajo administraciones Demócratas ya antes y seguirán ocurriendo hasta que consigamos nuestros derechos humanos completos. Por lo tanto, debemos organizarnos para mantenernos seguros, conocer nuestros derechos y afirmarlos cuando nos veamos amenazados por ICE y cuando seamos arrestados.

También debemos recordar que tenemos un enorme poder social dentro de la comunidad. Si no vamos a trabajar, no se construyen las casas, no se tejan los techos, no se cosechan los cultivos y no se ordeñan las vacas. Lo vimos en el reciente Día sin Inmigrantes en Chicago. Los trabajadores de Vermont se unieron.

Para dar un ejemplo, los trabajadores migrantes protestaron sus condiciones en un almacén de madera aquí, donde se les negaron aumentos de salarios y privacidad en la vivienda que les proporcionaba su empleador. Así que salieron en huelga del trabajo. Su jefe los despidió y amenazó con desalojarlos, pero regresaron a protestar y obtuvieron el derecho a permanecer en sus viviendas mientras se resolvía el proceso legal, y siguen luchando por sus empleos.

Un día, cuando la comunidad inmigrante esté lo suficientemente organizada y decida convocar una huelga nacional, ese será el día en que la gente comprenderá plenamente lo vital que es mi comunidad para la economía y la vida cotidiana de cada persona en este país. Necesitamos reconocer el poder que tenemos si estamos organizados y unidos.

Somos fundamentales para el funcionamiento económico de este sistema capitalista. Nos explota, nos hace menos libres, pero también nos da un poder tremendo. Animo a todos los miembros de mi comunidad, en cada lugar de trabajo, en las granjas, en la construcción o donde sea, a reconocer el poder que tenemos.

Pero tampoco quiero que se nos reconozca solamente por nuestro poder económico. Somos seres humanos y nuestras vidas importan. Tenemos familias, tenemos hijos, jugamos al fútbol, ​​disfrutamos de la vida. Luchamos para prosperar y vivir plenamente. Estamos luchando por la libertad en un mundo que aún no es libre.

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